Hace mucho tiempo, cuando los hombres podían hablar
con los animales, vivían en la selva dos hermanos mellizos con sus abuelos. Sus
padres habían sido atacados por gente de una tribu enemiga y murieron, dejando
solos a los pequeños.
En aquel tiempo, el agua escaseaba en la selva, pues
todavía no existían ni ríos ni arroyos, ni lagunas ni quebradas. Apenas llovía.
Solo el abuelo sabía de dónde extraer el agua y a nadie le decía el secreto.
Cada mañana, los dos hermanos mellizos acarreaban el
agua hasta la casa. Un día, hartos de cargarla siempre, decidieron averiguar
dónde estaba escondida la fuente y gastarle una broma al abuelo.
Uno de los hermanos se transformó en picaflor[1]
y voló cerca del abuelo cuando este se fue a bañar. Descubrió entonces que un
gran chorro de agua brotaba del interior del lupuna, que es un gigantesco árbol
muy frondoso.
Cuando supieron el secreto, los dos hermanos reunieron
a los animales roedores, como ardillas, conejos, ratones y pacas, y a las aves
pica-maderas, como el pájaro carpintero, para que les ayudaran a talar la
lupuna.
Después de un día de trabajo, cuando ya faltaba poco
para que la lupuna cayese, decidieron dejarlo hasta el día siguiente. Pero al
regresar a la mañana siguiente, encontraron el árbol seco y entero.
El segundo día sucedió lo mismo. Y el tercero también.
El árbol casi talado aparecía siempre entero al amanecer, como si no le
hubieran hecho nada.
Así que espiaron de nuevo al abuelo y descubrieron que,
por las noches, curaba a la lupuna y la dejaba como nueva. Entonces, otro día,
cuando de nuevo la lupuna estaba casi talada, uno de los mellizos se convirtió
en alacrán y picó al abuelo en el dedo gordo del pie. En ese momento, el
gigantesco árbol cayó con un gran estruendo al suelo y retumbó toda la selva.
Al desplomarse la lupuna, comenzó a brotar allí mismo
una gran cantidad de agua. El tronco se convirtió en el río Amazonas y sus
numerosas ramas se convirtieron en afluentes, riachuelos y quebradas. Las hojas
y las espinas del árbol se transformaron en diferentes peces: primero, nacieron
los paiches, después, las palometas y, más tarde, los motas, gamitanas,
zúngaros, boquichicos y otros pescados que gustan mucho a los niños de hoy.
Y así es como lo cuentan.
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